Pongamos que hablo de Marín.


Cuando uno llega al colegio de Digestores te dan todas las explicaciones pertinentes, cómo es un digestor, cómo trabaja, cómo son sus diferentes etapas, cómo verificar que están haciendo lo correcto. Todo de libro, es la teoría.

- Echa un vistazo a la veintena de parámetros de la receta, mientras se está cargando verifica en tal pantalla que han entrado las cintas, en los monitores lo compruebas también, mira las cadenas del reclamador en este monitor, vigila las toneladas que entran, ojo con la entrada de lejías, vigila que te vayan entrando las toneladas suyas, y por supuesto la antraquinona, nunca te olvides de los nudos, si tienes muchos los metes antes de que tengas las 5 ó 6 primeras toneladas de astillas en esta otra página. Luego, una vez cargado, vigila que la circulación es correcta, ten en cuenta el consumo de la bomba de circulación, que las válvulas han abierto, que las temperaturas van igualadas, que la rampa es la suya, que los vapores de 3´5 y 11 se alternan en su valor y sobretodo que la presión no se te vaya de madre. Vigila la conductividad del condensado, el nivel del calderín. Que todo permanezca estable mientras el factor H va contando. En la descarga ten en cuenta la temperatura y el nivel de la vaposfera, que no se te cuelen dos digestores descargando a la vez, que los niveles de los tanques de descarga sea adecuados…
“Ahora que ya lo has entendido, multiplícalo por diez al mismo tiempo y a tirar millas”.

10 páginas de 10 digestores, más sus diez páginas de recetas, seis etapas diferentes, las páginas de carga de astillas, de lejías, de descarga de gases, circuito de aguas, seis monitores. Más de mil parámetros.
Ahora resulta que descubres que las válvulas fallan, que ésta no ve el cerrado, que aquella no quiere abrir, que aquel caudalímetro no mide, que el detector de giro de las cintas no funcionan o que la falta de alumbrado te impide ver las cintas por la noche, descubres que un atasco puede ser tan descomunal como para hacer saltar el motor de la cinta anterior.
Crees que las alarmas están ahí para avisarte siempre, pero las alarmas siguen sus propias reglas, y si los elementos que las activan fallan estás tirado, si las válvulas están en disturbancia durante meses, si de aquel caudalímetro no te puedes fiar porque con el calor suele coger perlas, que la fuga de lejías del intercambiador ha dejado el medidor de temperatura más pa´llá que pa´ká…
Sientes el latigazo de la Producción, hay que hacer cocciones, siempre vas a destiempo, no tienes un respiro, vas desarrollando tu intuición, te curte la experiencia, sales al paso de los muchos obstáculos que se te plantean y finalmente consigues cumplir con lo que de tí se espera.


Alguien pensó que en realidad no hacías nada, o casi nada, y que como todo va en automático pues te vendría bien una planta más, por eso de subir tu autoestima. De modo que ahí llevas Planta Química, una planta que no has pisado ni pisarás, total, son cuatro tuberías.
En 15 días te formas mientras sigues llevando tus Digestores (no los olvides) y antes de darte cuenta tienes dos monitores más con 8 pantallas indispensables, más muchas más de detalles secundarias, otros mil parámetros y te preguntas si Planta Química es una planta o son seis.
Te estrellas con unos reactores que se te paran a la más mínima, con la torre enfriadora nº1 que tira por tierra todos tus esfuerzos, con unos filtros de arena (10) que están hechos polvo, con una planta de tratamiento del biológico que por muchas atenciones que tengas no conseguirás sacarle rendimiento en la vida, unos filtros de banda para los fangos que cuando no padecen una cosa padecen otra, el par del decantador o del espesador que se van por las nubes y ni si quieras sabes porqué. Luchas para ahorrar agua, pero resulta que la bombita de poli es tan pequeña que no puedes dosificar para el Densadeg más de 8 horas y jódete.
- Por cierto, te hemos instalado una serie de monitores para que vigiles al desgraciado que hemos dejado allí solo, por si acaso coincide que le da un flato frente a una de las cámaras y tú lo detectas antes de que la palme.


Hoy resulta que estás de mañana, hay que descargar varios camiones, el descargador te va dando las instrucciones, bomba de sosa, sulfúrico. El Clorato está más solidificado de la cuenta, como de costumbre. Para la bomba. Pon la bomba. Para.
Hoy resulta que los nubarrones negros de partes pendientes de instrumentación quieren descargar, la emisora echa humo, ábrela un 25%, un 50%, 100%, ciérrala. ¿Qué te marca ahora?.
Otro tema es el teléfono, eres la centralita de Digestores y debes resolver las dudas de todo aquel que quiere estar informado ¿Qué pasó ayer en el Digestor 3?¿No crees que deberíamos de quitar 100Kilitos de álcali?¿cuando va a estar vacío el digestor 6 para empaquetar la bomba?¿que es una redescarga?.
- A todo esto ¿has tomado las lecturas de todos los parámetros importantes?¿y has escrito todo lo significativo en el parte de relevos? ¡que no se te olvide nada! para estar yo bien informado.

Ahí estás tú, en el centro, todo va ocurriendo en tiempo real, nada espera ni nada puede esperar. Las cosas siguen su curso, por lo general bien, pero a veces mal, una mala circulación, vapor directo, una limpieza, ábrele un 50%, ¿le queda mucho al desgaseo del 3?, para la bomba de sosa, cero cartón, ringg, atasco en el 9, mira a ver que la superior del seis no me abre.

Alguien te definió como despistado, es la única cualidad que ahora cuenta ¿despistado? A muchos les querría yo ver, con las cabezas como están. No valoran tu insistencia en que se arreglen las cosas, tu inconformismo con el todo vale, tu curiosidad por entenderlo todo, tu interés en averiguar los porqués, cuando nadie es capaz de satisfacer tu inquietud no cesas hasta descubrirla y sacar tus propias teorías, machacas a tus superiores para que mejoren lo que ves fácilmente mejorable. Nadie ha visto que cuando la fábrica está parada te escapas a Planta Química para poder conocerla mejor y hacer tu labor más eficiente y tu criterio más valioso.
Aquí no habemos ningún santo, todos tenemos lo nuestro, pero tú además, has tenido la mala suerte de tener una etiqueta colgada desde el principio, la mala suerte de una mala cocción que descarga, la mala suerte del momento en el que la empresa anda buscando cualquier presa para poder justificar su falta de rendimiento. Bastante castigo ha sido ya haber sufrido el percance, el pasar las horas en tu puesto de trabajo viendo todo el trajín que trajo consigo.

Lamentablemente son muchos los compañeros que andan sometidos a las mismas condiciones de carga de trabajo excesivo y expuestos a episodios como el de Marín. Lástima que no haya quien cuente las toneladas de producción que se han perdido con los 12 cambios de empresa de preventivo en un año, con la parada general de 8 días, con la reestructuración de personal, con el desmantelamiento del almacén, con el mal funcionamiento del Digestor 5.