Sí, hasta los huevos estoy, de darme en la cabeza siempre contra el mismo muro de hormigón, de topar una y otra vez con un esto es lo que hay, con el mismo puto punto y final de siempre.
¿Qué hay de la negociación, del tira y afloja, del una de cal y otra de arena, de la complicidad en que lo que importa es que esto tire para adelante, de la ganas de arreglar las cosas?
No quiero estar con la violencia continua a la espalda de lo que es justo o no, de lo que es lícito o no, de lo que se puede denunciar o no, de una huelga ahora o el mes que viene. Me encantaría ir a trabajar con la cabeza puesta en lo que ese día requiera, no estar escuchando por doquier esto está fatal, me ha pasado esto, doña Inés me respondió aquello o ¿y lo mío como va?.
De tener todos los frentes abiertos, de no dar carpetazo a nada, seguir con los problemas con las nóminas, de seguir con el tema de la prima durante la huelga, de seguir con las valoraciones, de seguir con el incumplimiento del acuerdo, de seguir de reuniones que no llevan a nada, de seguir con SERCLAS, mixtas, juicios, eventuales, báscula, calorifugados, empresas externas, guardias, calendarios...
Miro el orden del día de una reunión de hace 6 meses y el de la próxima, y es el mismo, hemos avanzado un mojón. 10.000 variantes, 10.000 opiniones, 10.000 propuestas, 10.000 ostias en la boca (de unos y de otros).
No llamo a la rebelión, sólo a la reflexión, de los de aquí y de los de Madrid (que sé que leen este Blog). Bastante jodido es trabajar como hemos quedado tras la reestructuración y los recortes, como para estar caminando sobre ascuas, en lucha cruzada continua contra la empresa.
A veces me pregunto si será una novedosa política de empresas, el tener a su personal de uñas todo el rato, quizás algún científico ha descubierto que es más productivo.
Otras veces pienso en si somos todos demasiado orgullosos y egocéntricos (tanto la empresa como nosotros), como para ver sólo nuestro ombligo, y olvidar que pertenecemos a un colectivo, a un equipo, y que perseguimos un mismo objetivo, que la empresa vaya de puta madre y todos ganemos más.
Las piezas del rompecabezas andan demasiado revueltas como para encajar en su sitio,nos desgasta el luchar contra todo y todos.
Y no sigo escribiendo porque me voy a empezar a poner bastante melodramático y porque ya está bien. Adieu.
P.D. "Si las cuerdas del trapecio las corté, fue para subir y atarlas, y ver a la Luna otra vez."
¿Qué hay de la negociación, del tira y afloja, del una de cal y otra de arena, de la complicidad en que lo que importa es que esto tire para adelante, de la ganas de arreglar las cosas?
No quiero estar con la violencia continua a la espalda de lo que es justo o no, de lo que es lícito o no, de lo que se puede denunciar o no, de una huelga ahora o el mes que viene. Me encantaría ir a trabajar con la cabeza puesta en lo que ese día requiera, no estar escuchando por doquier esto está fatal, me ha pasado esto, doña Inés me respondió aquello o ¿y lo mío como va?.
De tener todos los frentes abiertos, de no dar carpetazo a nada, seguir con los problemas con las nóminas, de seguir con el tema de la prima durante la huelga, de seguir con las valoraciones, de seguir con el incumplimiento del acuerdo, de seguir de reuniones que no llevan a nada, de seguir con SERCLAS, mixtas, juicios, eventuales, báscula, calorifugados, empresas externas, guardias, calendarios...
Miro el orden del día de una reunión de hace 6 meses y el de la próxima, y es el mismo, hemos avanzado un mojón. 10.000 variantes, 10.000 opiniones, 10.000 propuestas, 10.000 ostias en la boca (de unos y de otros).
No llamo a la rebelión, sólo a la reflexión, de los de aquí y de los de Madrid (que sé que leen este Blog). Bastante jodido es trabajar como hemos quedado tras la reestructuración y los recortes, como para estar caminando sobre ascuas, en lucha cruzada continua contra la empresa.
A veces me pregunto si será una novedosa política de empresas, el tener a su personal de uñas todo el rato, quizás algún científico ha descubierto que es más productivo.
Otras veces pienso en si somos todos demasiado orgullosos y egocéntricos (tanto la empresa como nosotros), como para ver sólo nuestro ombligo, y olvidar que pertenecemos a un colectivo, a un equipo, y que perseguimos un mismo objetivo, que la empresa vaya de puta madre y todos ganemos más.
Las piezas del rompecabezas andan demasiado revueltas como para encajar en su sitio,nos desgasta el luchar contra todo y todos.
Y no sigo escribiendo porque me voy a empezar a poner bastante melodramático y porque ya está bien. Adieu.
P.D. "Si las cuerdas del trapecio las corté, fue para subir y atarlas, y ver a la Luna otra vez."
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